Un Viejo Corazón (III)

III.- Cien días…

Cien noches, mil horas…

Cien amaneceres…

Cien crepúsculos…

Cientos de estrellas compartidas…

Casi tres millones de segundos

Y él aún pretende olvidar el futuro…

Ella lo presiente…

Lo siente…

Lo calla…

Lo duele…

Las promesas son de cristal…

Los sueños de papel…

Sufre…

Llora…

Ya sabes amar… Ya eres mujer…

-¡No…! Esto no es amor… No puede ser amor…

El amor es vida…

El amor es fuerza…

El amor es risa y felicidad…

-¡Mi pobre niña…! El amor es tormento,

Amargura y remordimiento…

Un fraude, una estafa…

Una quimera, una ilusión…

-Es tarde… Estás cansado…

Ven, reposa a mi lado…

Cierra los ojos, olvida tus heridas…

-Sí, es tarde… Demasiado tarde ya…

Debes irte, debes dejarme…

¡Fuera tus manos, fuera tus ojos!

¡Necesito respirar!

¡Necesito libertad!

-Creía ser parte de ti…

-¡Pues ya ves que no es verdad!

Los cristales restallan…

El papel se desgarra…

Sueños, promesas…

Falsas palabras

Que se perdieron bajo las sábanas…

Una sombra de dolor

Eclipsa el topacio  de su mirada…

Es una Nueva Mujer quien se levanta

Y con el viento del desierto

Se bate en retirada…

Se van ya el tomillo y el pomelo,

El calor y la inocencia…

Le acompañan la historia de las piedras,

Los dátiles de las palmeras,

Las estrellas de la noche,

Y un poco de sus entrañas…

Detrás sólo deja el frío…

El frio y  la ficción

De un hombre que cree ser libre,

De un hombre que no sabe sufrir,

De un hombre que no puede llorar

De un hombre que teme ser Hombre…

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