El día de ayer fue uno de los más calurosos que recuerdo…Y uno de los que más tuvimos que andar, como suele ser natural!!!
A primera hora llevé a Sigh a la “pelu” por primera vez en su vida….Esperamos la visita de su abuelita y su tía de EEUU y queríamos que estuviera guapa, guapa!! Eran las 10:30 de la mañana y el termómetro de la farmacia ya marcaba casi 25º!!!

A las 13 horas la recogí…¡32º!
Tengo que aclarar que no tengo coche, así que este ir y venir de casa al veterinario y del veterinario a casa me supone 6 km…Por lo tanto, ya estamos hablando de 12 km!!!
Camino de casa nos sorprendió escuchar sirenas de policía . Varios coches pasaron a toda velocidad. Nuestro pueblo es muy pequeñito y tranquilo, y esto es la primera vez que sucede en todo el año que llevo viviendo aquí….Resultó que se había declarado un incendio, y que avanzaba a bastante velocidad hacia unas casas no muy lejanas…
Inmediatamente escuchamos el run rún de las aspas de un helicóptero…Era una de esas aeronaves que cargan agua …
Pronto aumentó el número de helicópteros hasta tres…Iban y venían, evidentemente hacia el río, rellenando los depósitos y dejándolos vaciar sobre el fuego…

Sigh y yo , mientras, volvíamos a casa, bajo el Sol de justicia, mirando, mirando…Ora el humo, ora los helicópteros…”Una pena no tener conmigo la máquina!”, pensaba yo…”Porque a lo largo de todo el río, el lugar más accesible para repostar es una pequeña poza que está ¡justo detrás del veterinario!…Y me encantaría ver cómo lo hacen! ¡Pero con este calor….” Sigh me miraba, la lengua fuera, su cuerpo esponjoso bamboleante, deseando llegar a casa y beber un poquito de agua…
Llegamos al fin…Bebimos, nos miramos,…Y salimos a todo correr, con la cámara colgada del cuello….
Y cuando digo “a todo correr” quiero decir eso, exactamente…35º, ni una maldita sombra junto al río, y helicópteros arriba yendo y viniendo….”A este paso van a terminar antes de que llegue!” Pensaba yo, para justo después retractarme avergonzada ….

Mas, efectivamente, eso fue lo que pasó (¡A Dios demos gracias!)…Para cuando llegué al lugar en cuestión, se estaba marchando el último de ellos…

Fue en ese momento cuando Sigh y yo fuimos plenamente conscientes del esfuerzo que habíamos realizado, y, tras unos momentos en los que cogimos algo de aliento, emprendimos el camino de regreso a casa…Parecíamos dos refugiadas…Nos arrastrábamos (otra vez sin ninguna sombra a la vista) por el camino lleno de tierra…Y con el río a la izquierda, pero sin ninguna bajada accesible…Sigh me miraba, los ojos claros por la luz cegadora del Sol, la lengua colgando hasta el suelo… “Hay que ver lo que hace un perro por una!”, pensaba yo mirándola con una mezcla de admiración, ternura y lástima….”Si se lo llego a pedir a C. seguro que me hubiera dicho que no!” ( cosa que tal vez hubiera sido más inteligente, por otra parte…)

Por fin, ya cerca de casa, encontramos unas piedras que bajaban justo a la orilla….Nos lanzamos “ happys, happys”…Yo no bebí, como Sigh, pero disfruté igualmente del contacto vital y fresco del agua…Y, lo que me encantó, fue la reacción de Sigh…Estaba bebiendo cuando se paró de pronto, se metió un poco más adentro, me miró y, despacito, despacito, se fue dejando caer con una gran cara de satisfacción…..Y ahí se mantuvo, sin moverse apenas, justo disfrutando del momento….

Yo me reí, me mojé también, y le hice la foto, pensando en el dinero que habíamos perdido llevando a Sigh a la pelu para que estuviera bella y esponjosa…
¡Un gran momento!
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