Un Viejo Corazón (II)

II.- Una luz…

Una orilla oriental del Mediterráneo…

Un nudo de culturas

Cuajado de leyendas…

Una gran terraza

Con vistas al pasado…

Un cálido espacio

Y una cortina roja flotando…

Una silueta femenina

Que se va perfilando…

– ¿Quién eres tú…? ¿Qué haces aquí…?¿Qué quieres de mí…?

-Una mujer… Persigo tu leyenda… Deseo compartirla…

¡Una mujer! Sonríe él…

Aún no ha sufrido…

Aún no ha llorado…

Aún no ha amado…

Aún lleva tomillo y pomelo enredado en el largo cabello…

¡Una mujer!

Mas no puede, no sabe, no quiere…

No es libre para ignorar

Un reflejo de topacio en los ojos,

Y un aroma verde

Que se desliza entre los granos del desierto,

Entre las piedras llenas de historia,

Entre las hojas de las palmeras…

Entre los resquicios de su voluntad…

Dentro de los poros de su piel…

Y a través de las entrañas protegidas…

Una mujer, un hombre…

Un nuevo deseo de seducción…

Ya están los labios en su oído,

Desgranando promesas de cristal,

Construyendo sueños de papel…

Ya están las manos enredadas,

Descubriendo rincones olvidados…

Desnudando el pasado…

Atrapando  el presente…

Ya no son dos, sino uno

Compartiendo tomillo y sándalo,

Cedro y pomelo,

Olores, sabores y deseos…

Un cuerpo joven,

Virgen de pesares y melancolías…

Un  hombre cansado,

Preso de arrepentimientos y tristezas…

Dos almas temblorosas,

Un corazón entregado,

Y otro que comienza a latir…